Monday, October 31, 2005

Las Drogas - un negocio del primer mundo

El tráfico de las drogas se ha caracterizado por ser uno de los comercios más pujantes y de mayor crecimiento a lo largo de décadas. El consumo de estupefacientes tales como heroína, cocaína, marihuana, éxtasis, crack y muchos otros narcóticos químicos es causa de discusiones a lo largo del mundo sobre su importancia como negocio, el problema que representa para la sociedad e incluso es fuente de posiciones respecto a la necesidad o importancia de legalizarla.

Algunos apoyan la legalización de esta droga y fundamentan su posición en que el mercado mismo será el que limitará y controlará el avance y progreso del consumo de las drogas y que incluso se convertirá en una fuente integrante del PIB de las naciones productoras como un medio de exportación. Otros grupos asocian a las drogas como un ejemplo más de la decadencia moral y cultural de los países consumidores y acusan al tráfico ilícito de estos estupefacientes como una enfermedad social en auge que debe ser controlada y atacada desde el gobierno mismo con políticas y leyes que las prohíban.

El consumo de estas drogas incluye a mas de 40 millones de estadounidenses (el mercado de Estados Unidos para las drogas es el mayor del mundo; 36,000 millones de dólares son consumidos en concepto de cocaína en Estados Unidos, fuente AFP).

El cuarto, quinto y séptimo lugar de las causas de muerte en USA son causadas por el consumo de drogas y esto representa 4,500 muertes anualmente siendo esta una de las causas de mortalidad más altas en USA (fuente NIDA research).

Los crímenes por causa de las drogas se limitan a conflictos entre distribuidores y robos entre compradores y vendedores (Fuente: Departamento de Justicia de USA). Lo cual indica que los crímenes comúnmente asociados con las drogas no son del todo acertados y normalmente son exagerados.

Por lo tanto, el consumo de drogas afecta a la sociedad consumidora. Los efectos de las drogas son simplemente un indicador de un bien comercial más que es solicitado por determinados grupos de consumidores (en su mayoría personas jóvenes y jóvenes adultos).

El costo para meter a la cárcel a un dealer (vendedor de drogas ilegales) es de aproximadamente $.450,000 por vendedor y las ventas estimadas en el mundo de drogas ilegales comprende entre $300,000 y $500,000 millones de dólares en el mundo.

Entendiendo estos datos podemos concluir que la legalización de las drogas resultaría en más de $37,000 millones en concepto de ahorro en la persecución, control, aprisionamiento, persecución, así como de programas antidrogas tan sólo en los Estados Unidos.

Claramente se puede observar que la legalización de drogas no sólo significaría un ahorro en el control y prevención del consumo de drogas para el Gobierno, sino que además se pondría en manos de los consumidores la decisión de consumir o no consumir estupefacientes.

Al final de cuentas es el consumidor quien determinará si el consumo de drogas aumentará o disminuirá y la legalización de este bien comercial es quizá el único camino lógico para que curiosamente su consumo descienda.

El trabajo se encuentra en explicar a los defensores de la moral y las costumbres que las personas son capaces de decidir si consumirán o no drogas y no se necesita de un programa nacional para controlar e ilegalizar su consumo. Esta es una labor familiar y la respuesta al descenso del consumo de drogas se encuentra en el seno de los hogares que habrán de tomar por primera vez el control directo del consumo y venta de drogas; lo cual debió ocurrir desde siempre.

Es labor de los hogares demostrar con basamentos morales por qué no se debe consumir y no del gobierno prohibir su consumo porque es malo. Siendo el gobierno un apoyo a la decisión familiar e individual con programas de prevención y no de ilegalización.

El por qué siguen siendo ilegales se demuestra con los siguientes datos: el 99% de los ingresos en concepto de venta de drogas ilegales permanece en los vendedores finales de estos productos (fuente: AFP), los cuales viven en los países que persiguen su consumo. Ceteris paribus es en los países mismos en que se prohíbe su consumo que aparentemente se ilegaliza el consumo de estupefacientes. ¿Por qué motivo siguen siendo ilegales? La respuesta se encuentra en las mismas personas que dirigen las políticas de los países desarrollados para prohibir su consumo y que al dar la vuelta controlan las ganancias que se perciben por la venta de estos productos a los que acusan de ilegales.

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