Friday, August 18, 2006

Por qué la causa de la pobreza está en las poblaciones negroides e indígenas del Tercer mundo

Continuando con la nota anterior sobre la conferencia de Robert Guest dejé divagando en el aire mi idea sobre cómo es que África y Latino América son pobres por causa de las poblaciones negroides e indígenas. Estoy seguro que una persona mucho más formada en el tema podría tratar de ampliar el siguiente comentario pero espero dar una idea clara de lo que he pensado.

Considero ante todo que la transculturalización ejercida por la cultura conquistadora (en su mayoría de reinos europeos) se encargó de destruir las elites y oligarquías foráneas de las regiones conquistadas creando un vacío de poder. Este vacío de poder se materializó en la reestructuración casi total de las tradiciones, instituciones, y costumbres que eran incompatibles a la cultura conquistadora.

Al destruir u “occidentalizar” a las elites conquistadas se empezó a instaurar sistemas de gobierno, leyes y comercio a los cuales la evolución a la que habían llegado los pueblos indígenas y africanos no parecían siquiera acercarse. Más aún, se instauraron instituciones que quizá nunca hubiesen existido en el desarrollo histórico de las culturas que parecieran ser arcaicas y casi cavernícolas.

En el libro “Guns, Germs and Steel” del autor Jared. Diamond se enfatiza que una serie infinita de factores influyeron para que distintas sociedades desarrollaran o quizá nunca desarrollaran instituciones que llevaron a unos y otros a ser los portadores de las técnicas más avanzadas para conquistar y en este caso “occidentalizar” a los pueblos atrasados.

Tristemente, estos pueblos (me refiero a casi todos los pueblos negroides e indígenas) no fueron capaces de adaptarse a los cambios institucionalizados en las que eran colonias y su único resultado fue el surgimiento de una elite local occidentalizada que se encargó de perpetuar los sistemas coloniales mercantilistas.

Ahora, en el siglo XXI aún tenemos en África ejemplos de guerras tribales y dictadores que bajo el título de Generales no hacen más que continuar con ese producto, una África dividida por la extrema pobreza y la riqueza extrema bajo el estigma de unos cuantos.

Es tan simple como observar el progreso que se ha alcanzado en la capital sudanesa y luego ver fotografías de los pueblos refugiados por la guerra civil unos cuantos cientos de kilómetros al oeste del país.

Los grandes perdedores fueron y seguirán siendo estos pueblos que perdieron el lento camino que los habría de llevar algún día a tener sistemas más evolucionados de gobierno capaces de incluso superar los avances que Occidente posee el día de hoy.

Ellos fueron simplemente desviados del desarrollo de sus propias tradiciones e instituciones. Ojalá la historia nos hubiese enseñado que tantas personas morirían no tan sólo por las armas y gérmenes de los que habla el Sr. Diamond. Sino, todos los que continuarán muriendo en luchas clandestinas en los pueblos pobres sumidos en guerras tribales que lucharán por tratar de preservar las tan preocupantes ideas románticas de retornar a sus tradiciones pre-coloniales. Peor aún, el mayor error sería retornar a ese período y seguramente muchos más morirían bajo las armas del metal, el hambre y las enfermedades.

Thursday, July 27, 2006

¿Por qué es pobre África?


Robert Guest, autor del famoso libro "The Shackled Continent" dio una conferencia el día 26 de julio del año 2006 en el Auditorium Hayek en el Cato Institute en Washington, DC.

Su conferencia fue por demás interesante y trató de explicar la situación en la que se encuentra el tan empobrecido continente Africano. Pero, debo aceptar que dejó mucho que desear ya que como un famoso journalist supe vender su conferencia a la audiencia ignorante de la realidad en que vive gran parte de nuestro planeta.

Pintó un continente desolado, destruído, anárquico, brutal y canibalesco que hubiese sido magnífico para relatar una historia de miedo a un grupo de ciegos.

Curiosamente, yo era uno de los pocos que sabía de lo que hablaba. Estaba dando la SIMPLE descripción de cualesquiera países del Tercer Mundo que puedan pensar. Todos los ejemplos estoy totalmente seguros son similares a las experiencias que vivimos aquellos que no gozamos de las bonanzas de la riqueza del Primer Mundo. Mientras tanto, el resto de su audiencia estaba tan o más interesada que cuando miraban la última película de "El rey León".

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En realidad la razón por la que África y Latino América son pobres es porque están llenas de poblaciones negras e indígenas respectivamente. Sí. Tan claro como eso. Pero lo explicaré en el siguiente blog. Nos vemos pronto!

Wednesday, July 19, 2006

"Montana Exploradora pagará IUSI e ISR" por Otto Ángel

Esa no es la gallina de huevos de oro.

El que la compañía minera Montana pague ahora el IUSI y el ISR no nos ayuda en nada (Montana Exploradora pagará IUSI e ISR. Otto Ángel. 19 de julio de 2006. Siglo XXI). ¿Acaso veremos el fruto de esos impuestos? Más aún, es una burla a los guatemaltecos el pensar que sólo porque aumentó el precio del oro ahora decidan pagar el impuesto sobre la renta.

Seguimos en el mismo camino. Aún nos seguimos encargando de desincentivar las inversiones en el país y nos hacen creer que el que paguen 32 millones de quetzales es algo que nos debe causar alegría.


¿Cuándo estará la Diócesis de San Marcos contenta? Porque ya quisiera verlos pensando que pagar 32 millones de impuestos es muy poco para sus arcas eclesiásticas. Para muchos nunca será rentable porque sus ideologías e intereses políticos no se los permiten. Pero, en realidad no será rentable si pensamos que pagar más impuestos inflará nuestra gallina de oro.

"Escuelas no cederán al acoso de mareros" por Irving Escobar Castillo

El problema no es el que unos cuantos frenen el proceso educativo (“Escuelas no cederán al acoso de mareros”. Irving Escobar. Prensa Libre. 19 de julio de 2006). El problema es que el proceso educativo ha fallado desde siempre y el pedir a los padres que lleven a sus hijos a la puerta de las escuelas no es la solución.

El sistema educativo guatemalteco ha sido siempre algo dejado en el baúl del olvido y apenas estamos tratando de salvar el primer año de primaria. Es obligación del gobierno proveer la seguridad de los ciudadanos y más aún la de niños con el afán de estudiar. Quizá esa no es la receta para salir de la pobreza, pero el que un niño que sepa leer y que tenga comida en su mesa todos los días es seguramente el primer paso para sacarlo de las maras y de los vicios que aquejan a nuestra sociedad.

Sunday, July 16, 2006

El fantasma de la guerra - Américo Cifuentes Rivas

No hay ningún fantasma (“El fantasma de la guerra” Américo C. Rivas. El Periódico. 16 de julio de 2006), simplemente no hemos abierto los ojos. La guerra nunca ocurrió y fue un conflicto armado que se encargó por 36 años de infundir temor y ansias de venganza en nuestra población.

Yo soy un mestizo y soy en parte indio. Soy de clase media y por lo tanto nunca fui ni rico ni pobre. Soy de la Marroquín y apenas y puedo pagar mis cuotas. No tengo familia en el ejército y tampoco en la guerrilla.

El “fantasma” no es nada más que el constructo de miedo que hemos creído nos rodea. La guerra es algo que debemos borrar de nuestras mentes y el pensar que los Acuerdos de Paz son la solución es el primer paso que debemos cambiar. Esos acuerdos simplemente buscaban crear una disyuntiva aún mayor entre todos los guatemaltecos y dividirnos como “iguales ante la ley”.

No culpemos a nuestra herencia española por ser un país excluyente y pobre. Culpemos a nuestras instituciones y al pútrido sistema que nos hemos encargado de ensalzar. La solución no se encuentra en la “reconciliación social”, sino en exigir a nuestros que representantes respeten la Constitución y nuestros derechos como individuos.

¿Quién ha de reformar la Constitución? - Dr. Armando de la Torre

La Constitución es para muchos la expresión prima de las garantías individuales y el estado de derecho (¿Quién ha de reformar la Constitución? Dr. Armando de la Torre. Esquina Socrática. Siglo XXI. 16 de julio de 2006). La historia latinoamericana de su sistema de gobierno y las constituciones escritas para cada país lió desde sus inicios el poder criollo de los mercaderes en los centros de poder y la lucha de intereses por capturar los nacientes sistemas democráticos.

Nuestras constituciones surgieron bajo la autoría de una oligarquía criolla que simplemente trasladó el poder que antaño poseía la corona española al poder de los grandes oligarcas mercaderes de principios del siglo XIX. Para sugerir una reforma constitucional antes deberá reconocerse que el poder de estas oligarquías de antaño han desaparecido y que el poder está en el pueblo soberano con ansías de vivir en un estado de derecho.

Una Constitución con leyes teleológicamente abstractas y generales será nada más que el empuje necesario para acabar con el estado de legalidad y el poder que durante casi doscientos años se ha perpetuado en grupos de poder que han paralizado el progreso en la región.

Monday, April 03, 2006

El consenso y la conciliación en las democracias - caso Ley de Planificación Familiar

“¡Ley pervertida! ¡Ley – y con ella, todas las fuerzas colectivas de la Nación – desviada de su objetivo legítimo y dirigida a un objetivo totalmente contrario! ¡Ley convertida en instrumento de todas las codicias, en lugar de frenar las codicias! ¡Ley hacedora de iniquidad, cuando su misión era castigar la iniquidad! Ciertamente se trata de una situación grave y de su existencia se me debe permitir alertar a mis conciudadanos.”

Frédéric Bastiat

Al vivir en una democracia pareciera que se ha alcanzado un nivel de consenso en el cual la paz y la prosperidad serán tan sólo agregados del logro al que ha llegado la sociedad y la humanidad misma.

Al vivir en democracia se piensa comúnmente que se ha alcanzado un estadio evolutivo de nuestras instituciones que nos permite convivir en hermandad y fraternidad alejándonos del hambre, la opresión, la envidia y las sangrientas luchas de poder.

Todo esto, es la democracia que las personas suelen pensar como un fin último. Esta es el arma utilizada por aquellos “progresistas” que claman por el respeto de las mayorías desde grupos de presión que no hacen más que buscar la consolidación de intereses particulares y muchas tantas otras veces de intereses egoístas y avaros.

Pero esto no es la democracia.

La democracia no es el culmen institucional del consenso y del respeto de los designios y deseos del antes oprimido y embaucado.

La democracia no es más que la consecución de acciones, como un medio para alcanzar el progreso y libertad individuales, en la que se reducen al máximo las pérdidas que cualquier decisión tengan para los integrantes de una nación, estado o utopía.

Una de tantas candentes discusiones en nuestras jóvenes democracias es la afamada y contendida Ley de Planificación Familiar. En este ensayo la tomaremos como un leve ejemplo (que podríamos igualmente aplicar para la discusión sobre asuntos tales como la pornografía, venta de drogas, prostitución, seguridad social y educación) de cómo en una democracia naciente distintos grupos de interés buscan proteger y defender los intereses del desvalido y del pobre.

Cuando los grupos “progresistas” escriben en nuestros diarios o conferencian en nuestras radios locales a favor de una ley que aparentemente vendrá a solucionar, de manera dionisiaca, la cruel y vil situación social y económica de nuestra población pobre y sin educación, surgen grupos fuertes de personas que en su afán de ayudar al desvalido amenazan el futuro de los que vienen creciendo y que con tan sólo unos cuantos años de vida ven amenazados su futuro y el de sus hermanos.

Porque el pensar que una ley que vendrá a educar al ignorante, a proveerle de un arma que desde las escuelas servirá como un “control natal institucionalizado” es un arma muy peligrosa. Tan peligrosa que bajo la sombra de la benevolencia afectará la creación de riqueza y prosperidad de nuestra nación.

¿Acaso el hombre primitivo hubiese sido más rico al tener menos hijos? ¿Acaso la riqueza de nuestras primeras grandes civilizaciones tuvo lugar cuando se educó a las mujeres y hombres que el tener menos hijos era la clave para su progreso? ¿Cuándo vimos en nuestra historia que la reproducción era una forma de empobrecernos?

Más aún, ¿desde cuando empezamos a ver los nacimientos como externalidades negativas de la sociedad?

El problema que nos atañe ahora no es parte de la historia de las tribus nómadas, ni de los grandes imperios que existieron. El problema que nos atañe el día de hoy podrá recibir tantos nombres como puedan pensar y yo en esta ocasión utilizaré el nombre de “ley de planificación familiar”.

Vivimos en los albores de un nuevo milenio, en Guatemala vivimos en los albores de una democracia en sus primeros pasos que ha enfrentado muchas dudas sobre su efectividad y eficienticidad.

¿Por qué? Porque aún nos preguntamos si es posible llegar a consensos y conciliación para la solución de los conflictos y diferencias. ¿Desde cuándo empezamos a creer que la democracia era el medio par realizar conciliaciones y consensos?

Desafortunadamente, la democracia no es sinónimo de consensos ni conciliaciones. La democracia no es más que un medio eficiente por el cual se reducen los costos de transacción para la consecución de políticas públicas eficientes que permitirán ser los medios para alcanzar la riqueza, la paz y la libertad[1].

El pensar que nuestras democracias deben ser el fruto de la conciliación de todas y cada una de las divergencias cósmicas de visión de cada uno de sus miembros es un arma demasiado peligrosa. Tan peligrosa que en nuestro afán por convenir puntos de vista antagónicos ha dado lugar a la consecución de sistemas totalitarios, populistas y altamente corruptos.

Como Charles Murray explica acertadamente en el libro “What it Means to be a Libertarian”[2], el simple hecho de entregar a nuestros gobiernos la capacidad de alterar e ingresar en nuestras vidas y comunidades ha permitido el surgimiento de burocracias que se suponía hubieron de defender nuestros intereses, cuando en realidad eran ellos, los burócratas, las personas menos indicadas y capacitadas para ingresar en los asuntos privados de las personas que les entregaron a manos abiertas el poder de modificar sus vidas.

Simplemente dejamos en sus manos, las de los burócratas, las responsabilidades que como individuos nos correspondían, sin darnos cuenta que la entregábamos a los más irresponsables y a pesar de que una vez se abre esa puerta el cerrarla es muy difícil o quizá imposible o utópico[3]. Es aún posible evitar que sigan injiriendo en nuestros asuntos y cerrarles las puertas al poder de seguir tomando decisiones que a los individuos y sus familias atañen.

Porque es muy fácil y humanitario pensar que “la mayor prioridad de una sociedad civilizada es reducir la pobreza” como Murray explica, pues al igual que él considero que la prioridad de una sociedad civilizada es en realidad proteger la libertad humana.

Pues es a causa de la libertad individual que nuestras sociedades evolucionan y sus instituciones se adaptan a la normativa que con el paso del tiempo ha demostrado ser tan o lo suficientemente óptima para proteger la creación de riqueza y bienestar de las sociedades.

Dejemos a un lado al estado bienestar que norma nuestra vida y políticas públicas y concedamos este poder a los ciudadanos libres y responsables que se encargarán de velar porque el nivel óptimo para ellos y sus familias sea el que proteja su estado de bienestar y armonía con los integrantes de sus comunidades y conciudadanos. Porque el sufrimiento siempre existirá y no importa cual sistema económico-social se cree o se consensúe: la pobreza, el hambre y el sufrimiento se mantendrán.

Lo que atañe a nuestros representantes es tan sólo la toma de las decisiones menos costosas y con menores externalidades negativas sobre los ciudadanos que representan.

La democracia no se trata de llegar a consensos ni mucho menos de conciliar posiciones.

Es nuestro deber como ciudadanos educar a aquellos que aún piensan que necesitamos a un gobierno que provea medios anticonceptivos y antifecundativos a las masas. Demos esta labor, que pertenece intrínsecamente, a las corporaciones privadas y luego seamos nosotros quienes creemos los medios de producción y los empleos necesarios para que aquellos que tengan bajo su protección a sus hijos y esposas puedan ser los artífices de su riqueza y bienestar individual.




[1] “Freedom is the raw material for the choices that make up a life –the myriad choices that go into assembling your little platoons, exercising your realized capacities, and demarcating a place for yourself and your loved ones. Responsibility, freedom’s obverse, is the indispensable quality that allows us to carry through on our choices and take satisfaction from our accomplishments…” “What it Means to be a Libertarian”. Murray, Charles. Broadway Books. Nueva York. 1997. p. 35


[2] “What it Means to be a Libertarian”. Murray, Charles. Broadway Books. Nueva York. 1997


[3] “Government intervention did not occur everywhere all at once. It proceeded in bits and pieces, directed at specific goals.” “What it Means to be a Libertarian”. Murray, Charles. Broadway Books. Nueva York. 1997. p. 47

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